*(4 de Noviembre de 2006:)*
Y después de 19 largos años y con la oportunidad que propició un viaje universitario a tierras Santadereanas se dio el reencuentro entre esta Helga y su amado Olafo, que con mucho cariño en 3 noches me regalo una escalera hacia las estrellas.
Y después de 19 largos años y con la oportunidad que propició un viaje universitario a tierras Santadereanas se dio el reencuentro entre esta Helga y su amado Olafo, que con mucho cariño en 3 noches me regalo una escalera hacia las estrellas.
4 de Noviembre del 2007, fecha imperdible en mi memoria, fecha en la que volví a tener una cita con Olafo -y vaya cita!-: Primero, aprovechamos que todo el semestre salio de party a un night club y nos escabullimos -ese ambiente no era de nuestro total agrado-, fuimos a un barsito muy bohemio con buena música de fondo, unas cuantas cervezas, charla amena, besos, abrazos, lagrimas y picada con chucherías. Luego pasamos a un bar mas movido que nos ofreció un buen repertorio de rock anglo y en español, mas cervezas, mas besos, mas abrazos, muchas risas y algo de sueño bobo. Habiendo terminado la sesión allí nos encaminamos a un puesto de comidas rápidas y habiendo saciado el hambre, directo al hotel!
El romance en la habitación: exquisito y sublime -con detalle de anillo abordo-. La delicadeza y la paciencia: infinita y mas aun teniendo en cuenta que mi primera relación fue bastante traumatica y dolorosa. Todo perfecto para mis gustos y sentimientos -exceptuando que no pude terminar con un orgasmo pero ¿Qué primeriza lo logra?-. Una noche bastante larga donde poco se durmió pero mucho se disfruto y que abrió las puertas a dos noches mas de puro placer romántico.
Lo único realmente desmotivador fue llevarme el primer susto sexual cuando iba rumbo a Luna sobre mi Voyager y aparece una de mis docentes tocando la puerta y entrando como si nada a la habitación, todo gracias al efecto del alcohol. Y lo realmente traumatico y devastador fue la despedida y el fin de mi fantasía rosa, tener que regresar a mi ciudad dejando a mi Olafo no era algo que deseaba hacer pero que la vida así lo disponía.
Bendita sea la universidad y benditas sean mis compañeras de aquel entonces que alcahuetearon todo mi idilio!
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