Hoy es una noche fría, pero para mi no; esta noche, como muchas otras que viví meses atrás, es cálida y nostálgica, llena de gratos recuerdos, de ilusiones y de torbellinos lujuriosos que me envuelven y hacen estremecer; en esta noche sin embargo, esos gratos recuerdos y esa lujuria ya vividos hacen que mi ser entero se sumerja bajo aquel mar de enardecidos recuerdos...Por eso escribo, para no dejar pasar por alto este momento, para dejar plasmado todo este frenesí que me ahoga, que me subyuga y encontrar en este papel una posible salida, que en mi interior se que no hallare.
En noches anteriores, esta fiebre que recorre cada uno de mis poros encontraba su alivio en un utópico momento que nacía desde lo más profundo de mi corazón e instinto, mientras mi cuerpo se sofocaba bajo el calor ondulante creado por el suave tacto de una noche solitaria. Ahora por el contrario, este apetito arrollador no se sacia por si mismo, ahora que la pasión y el deseo han aumentado en mi, ya no me es posible encontrar satisfacción en una cama desolada. Justo después de conocer esa deslumbrante experiencia junto con tu piel fresca bajo la luz de la luna fría, descubrí que seria rea de tus besos, tus caricias, de tu viril voz y de tu cuerpo por mucho más tiempo.
Las horas pasan y con ellas la noche va envejeciendo, yo en tanto, dentro de una leve somnolencia abro mis ojos y comienzo anhelar ver tu figura en frente mio, para así poder posar mi brazo sobre ti y darte un fuerte abrazo, a la vez que acerco mi rostro a tu tibia espalda y la lleno de suaves besos, todo esto para recordarte en tan solo 3 minutos cuanto te amo... Moriría por quitarte la ropa y oler, una vez más, tu cuerpo después de un día agotador de trabajo, porque es ese olor, esa esencia la que me embriaga, la que me hace querer estar cerca de ti y querer mimarte...Me gustas, me gustas, todo tu me gustas y que no daría esta lúgubre alma por que pudieses sentir en carne propia todo lo que siento.
Ya por fin se acerca el tan anhelado momento, ya veo venir el descanso de mi cuerpo, más no el de mis miedos y frustraciones, con la llegada del sol y el nuevo amanecer...Soy consciente que en cuanto acabe este nuevo día y vuelva la oscuridad de la noche, vendrá con ella mis ansias de amor, de pasión, de placer...Por eso ruego a aquel Ser misericordioso que se encuentra en lo alto, que me alivie de este mal y que me permita ver el rostro de mi cruel carcelario nuevamente para encontrar en él todo lo que tanto busco.
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